28-03-2010 by Choto


Vino en la mesa.
Vino en su cuerpo.
La fruta prohibida sabe mejor.
Drogas, sexo, dinero, angustia, búsqueda del éxito y desorientación.
Cada noche dormíamos inhalando la exhalación del otro.
Habían mañanas que nuestros estómagos empezaban a rugir, entonces abríamos nuestros ojos y nos besábamos hambrientos.
Mientras más nos besábamos más hambre nos daba.
No creo haber besado antes de una manera tan enloquecida, no pensaba.
Un placer me irrumpía como si las montañas se cayeran y los mares se vaciaran.
Está claro que sus besos tenían alma y dolor.

Se nota, sí, se nota, que las mujeres son más bellas cuando son amadas.
Posted in | 0 Comments »

0 Comentarios: