Reflexión .

29-10-2009 by Choto
Mujeres. Sí, ellas. Nunca las entenderé. En mi situación, lo único cierto es lo incierto. Todo iba de maravillas hasta que la conocí.

Su vida es un tour: ni si quiera tomando de su mano me siento seguro. Es sorpresiva. Le da tanto valor a la vida cotiana. Pareciera que estuviéramos frente a la mujer que finalmente salió de las sombras a rescatar este hombre que iba demasiado rápido, en forma unidireccional y sin mirar al lado.

Si el aire y los perros contaran cuánto hablo de ella. Tengo unas ganas de influir en su voluntad. De besarla en la montaña, en el desierto, en el mar, en el bosque. Es mi bien deseado. Lo que pienso cuando me despierto, cuando voy caminando despistadamente por la calle, cuando escucho la canción más rocker, cuando veo a una pareja riéndose.

Ahora, pensándolo bien, creo que hay un completo desacuerdo entre lo que estoy deseando y lo que la realidad me ofrece. No estoy siendo correspondido de la manera que quiero. Y de verdad que no estoy diciendo más de lo que siento. Sólo quiero oler un poquito a ESPERANZA, a su olor. Porque me encanta, porque me da gusto conversar con ella mientras maneja.

Quiero reducir de ella lo desconocido en algo conocido.
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1 Comentarios:

Meli dijo...

yo también creo, en este momento -y muchas veces me ha pasado- que hay un completo desacuerdo entre lo que deseo y lo que la realidad me ofrece (refiriéndome a la cuestión amorosa), y muchas veces también me pasa de querer conocer lo desconocido... pero creo que si uno finalmente obtiene lo que quiere, ya no lo quiere más, o por lo menos no lo desea tanto como al principio..