La multitud de personas en el metro nos dejó juntos. No de espaldas, no de lado: de frente. Esos ojos claros chocaron con los míos y tus labios se acercaron sin vergüenza. Un paso más y sellábamos ese impulso. De tu boca salió una sonrisa caleidoscópica, llena de colores y formas que me decían palabras relacionadas con esa cosa lejana/cercana que la nombraron amor.
¿Si daba el siguiente paso? Empezaba la magia. ¿Si no lo daba? Escribiría esto.
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