
¡Acorta espacios! !Déjalo en una esquina! ¡Golpes cortos hueón! !A lo guapo hombre, a lo guapo!, le decía su entrenador.
Sepúlveda es el Zamorano del boxeo, es la esperanza del pueblo chileno acostumbrados a la desgracia y a la falta de alegría, algo que sí tienen los países vecinos. Con su sola presencia llena estadios y en el cuadrilátero se desliza como si estuviera bailando. Sepúlveda es incapaz de pestañear hasta despachar a su rival, el poder de sus puños es destructivo y su fineza en la combinación de golpes lo hace único.
Ahora le toca definir contra ese argentino que sólo lo ha visto por la televisión. Debe ser el primer chileno que no le tiene siquiera respeto a un trasandino. ¡Pégale duro!, ¡esquiva su izquierda!, ¡ejercer presión!, ¡dale una páliza!, ¡aniquílalo!, son las palabras que rondan en su cabeza machucada por tantos años de entrenamiento.
Había llegado el momento. Se canta el himno en el Nacional. Los viejos, los jóvenes, los niños lloran de emoción, es una fiesta pero a la vez es un momento de tensión e incertidumbre. En el interior de cada chileno está ese pensamiento de que los conchas de su madre de los argentinos nos van a ganar una vez más.
Entonces Sepúlveda se sacude sus pies, menea la cabeza y se arregla sus guantes. Al empezar la pelea, se va en picada contra su rival. Con golpes certeros lo va desgastando, le pega una y otra vez y ya lo tiene mareado. Se acaban once de los doce asaltos. Sale airoso. Sólo queda una oportunidad, sólo un asalto para llegar a la gloria.
A lo macho, mira de frente al argentino. Se acerca, y el otro, incapaz de frenarlo le da la iniciativa. A Sepúlveda se le vienen todos los recuerdos. Gloria, pasión, drama, violencia, sangre y amor es lo que representa el boxeo. Hasta que llega el momento: Con su tremenda rapidez de golpes le pega un derechazo que le vuela la cabeza y el rival cae al suelo tratando de apoyarse con las cuerdas.
Sepúlveda es campeón. Los chilenos somos campeones. El Morro de Arica, los moais, la isla de Chiloé, Plaza Italia es campeona. Le hemos ganado a los argentinos. Grande Sepúlveda siempre confiamos en tí.
2 Comentarios:
Grande Mirageman del Box.
Si, deberías haber nacido en los 70'. Pensé que la gente como tú no existía, menos a tu edad... pero me equivoqué...
Que linda y buena la forma en la que te planteas las cosas al escribir, no es "más de lo mismo".
Está muy bueno tu blog... saludos!
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